Antes de venir a estudiar a los Países Bajos, pensábamos que la educación era muy similar a lo que estábamos acostumbradas en España, pero nos sorprendió darnos cuenta de que hay muchas más diferencias de las que esperábamos.
En primer lugar, ya en la Educación Secundaria los alumnos se dividen mucho antes que en España. No se dividen solamente en “ciencias” o “letras”, sino que, ya a los 12 años (lo correspondiente a primero de la ESO en España), los holandeses tienen que elegir si quieren ir a la universidad o seguir una formación más práctica. En concreto, hay tres tipos de educación secundaria: la dirigida a estudios universitarios (VWO), la general (HAVO) y la formación profesional secundaria (VMBO) (ref 1). Además, el tipo de secundaria a cursar se establece en función de los resultados del examen final de primaria, a los 11-12 años. De esta manera, el resultado de un único examen realizado a tan temprana edad decidirá si el alumno irá a la universidad o no. Por supuesto hay formas de cambiar entre tipos de educación en base a las calificaciones que vas obteniendo, pero esto no siempre resulta fácil. Esta situación es muy diferente a la ESO en España, donde todo el mundo debe cursar el mismo tipo de educación hasta los 15-16 años, y ya entonces se decide entre el bachillerato, orientado a formación universitaria, o el grado medio, orientado a la formación profesional.
También hay diferencias en el sistema universitario holandés. Existen universidades tal y como las conocemos en España, orientadas a formación teórica y de investigación, pero también existen los llamados “colegios superiores” o Hogescholen, que se podrían comparar con los grados superiores, pero incluyen también grados que en España son universitarios, como ingenierías y otras ciencias técnicas. Además, mientras que en España la mayoría de los grados son de 4 años (240 créditos), en Países Bajos suelen ser de 3 (180 créditos). Sin embargo, en Países Bajos los grados suelen ir acompañados por un máster de 2 años, mientras que en España los másteres suelen ser de un año. Por lo tanto en total, grado y máster suman en ambos países un total de 5 años. Esto es algo a plantearse si decides venir a Países Bajos a estudiar un grado o un máster, pues al final puede que acabes estudiando 6 años, que es lo que nos ha ocurrido a nosotras.También curioso es que los cursos universitarios no están organizados en semestres o cuatrimestres como en España (de septiembre a diciembre/enero, y de enero/febrero a mayo/junio), con varias asignaturas por semestre. Por el contrario, los cursos holandeses están organizados en los llamados períodos o periods de 2 meses de duración, con 2 asignaturas cada periodo, y exámenes al final de esos 2 meses. Esto desde nuestro punto de vista tiene algunos inconvenientes, como dedicar menos tiempo en general a las asignaturas (pues hay más semanas de exámenes y por lo tanto menos semanas de clase), y menos tiempo para afianzar los contenidos. Por otro lado, puedes centrarte de forma más profunda en las asignaturas durante ese periodo. Otra gran ventaja, para nosotras muy importante, es no estudiar en navidades pues los exámenes son en diciembre.
Desde un punto de vista práctico, si te estás planteando estudiar en Países Bajos, es importante saber que el proceso de solicitud es muy diferente al español. Para entrar a un grado, o un bachelors, normalmente no se necesita ningún examen de acceso (como EvAU o selectividad en España), sino que necesitas el currículum, carta de motivación, cartas de recomendación y a veces también redacciones para probar tu experiencia y conocimiento. En la mayoría de casos, además, tendrás que hacer una entrevista de acceso. El proceso de admisión en los másteres es igual. Otra cosa a tener en cuenta es que el plazo de solicitud suele acabar mucho antes que en España. Para algunas becas o grados específicos, necesitarás mandar la solicitud en diciembre o enero si quieres empezar en septiembre. Todo el proceso se realiza desde las páginas web de las universidades, así que si estás interesado lo mejor es mirar las páginas web y ahí encontrarás toda la información necesaria sobre cómo hacer la solicitud. Y como consejo, empieza a mirar el alojamiento pronto porque, como a lo mejor ya sabéis, hay una enorme crisis de vivienda en Países Bajos y puede resultar muy frustrante buscar piso.
En cuanto a nuestra propia experiencia estudiando en Países Bajos, aunque todavía escasa, ha sido muy satisfactoria. Estudiamos en la Vrije Universiteit de Amsterdam, el máster de Neurociencia (Cristina) y el máster de Ciencias Biomédicas especializado en neurociencia y salud pública internacional (Patricia). En general, las dos encontramos la educación universitaria muy dinámica, colaborativa, y práctica. Sin embargo, si somos sinceras, al principio fue difícil adaptarse. Nosotras venimos de estudiar el grado de bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid (Cristina) y la Universidad de Navarra (Patricia). Allí la educación estaba basada en el aprendizaje de memoria de grandes cantidades de materia científica. Para algunas personas, las más organizadas, esto funcionaba suficientemente bien: empezaban con mucho tiempo, establecían sus fechas de exámenes y daban con buenas estrategias de estudio. Por desgracia, estos eran una minoría. Por otro lado, la gran parte de los estudiantes eran incapaces de memorizar todos los detalles que era posible que “cayeran” en los exámenes de tipo test. Además, los datos memorizados, normalmente se olvidaban tras la primera caña y el primer pincho de tortilla que se tomaban tras salir del examen. Esta dinámica es conocida por todos en España. Sobre el papel funciona, pero en la vida real, un estudiante es incapaz de compaginar esta estrategia de estudio con un estilo de vida sano para la salud física y mental. La primera diferencia que vimos al entrar en la universidad en Países Bajos fue esta. Aquí el formato de las clases no es la lectura extensa de las diapositivas y la examinación de únicamente este material. Aquí, en caso de que haya diapositivas, estas contienen imágenes, gráficas, dibujos, etc, pero apenas letra. Los profesores explican la materia en base a artículos científicos, y enseñan las figuras de los artículos en las diapositivas. Esto fomenta el pensamiento crítico y el razonamiento pero también resulta en una menor formación teórica, pues lleva mucho más tiempo explicar artículos científicos que leer libros de texto. Además de esto, los profesores hacen mucho uso de herramientas online como mentimeter que evalúan los conocimientos de los alumnos durante la clase e incrementan la tasa de participación y atención. Nosotras siempre nos alegramos de ver un mentimeter en las diapositivas porque significa que vamos a tener cinco minutos de descanso mental durante la clase.
En cuanto a los exámenes, estos suelen basarse en artículos científicos, libros y otra bibliografía sugerida por los profesores responsables de la asignatura. Lo dado en clase suele ser un resumen de estos y se espera de nosotros que ampliemos y afiancemos ese conocimiento por nuestra cuenta antes de examinarnos. Otra diferencia importante en la docencia en Países Bajos es que la examinación de la materia se basa mucho más en los trabajos en grupo y las presentaciones, y le dan mucha importancia al trabajo individual y el trabajo en grupo. Esto hace que los holandeses tengan mucha facilidad a la hora de buscar y contrastar información, solventar problemas y comunicarse eficientemente trabajando en grupo. Una cosa curiosa de los trabajos en grupo es que los examinadores no tienen en cuenta solamente la nota del propio trabajo. Además de esto, también tienen en cuenta la puntuación que te dan tus compañeros de grupo en cuanto a tu calidad de trabajo y colaboración. Y no creáis que no van a decir lo malo, si tuviéramos que definir a los holandeses en una sola palabra sería: directos. Si opinan que no has trabajado suficientemente, van a decirlo. Si no has sido suficientemente comunicativo, tu nota lo va a reflejar. Si has sido un compañero ejemplar, vas a saberlo. En este país la sinceridad y la justicia a la hora de trabajar van por delante.
Otro ámbito que queremos comentar es la cercanía del alumnado con los profesores. En las universidades españolas, la experiencia general es una relación lejana y fría, estrictamente profesional. En las universidades de Países Bajos, la relación con los profesores es muy cercana. Varios ejemplos prácticos son: a la hora de dirigirte a ellos, ya sea por email o en persona, es por el nombre de pila, no por el apellido o el cargo. Además, en clase, se espera que, si no estás de acuerdo con ellos, levantes la mano e inicies un debate (siempre desde el respeto) sobre el tema. Esto se ve como algo normal, no como una afrenta o una “falta de educación”. Esto no se refleja solamente dentro de clase. Desde fuera los alumnos tienen una gran influencia en cuanto al diseño de las asignaturas y los grados. Una vez acabada una asignatura, la universidad envía un formulario online para que los alumnos puedan opinar sobre el contenido y el formato de exámen. Los responsables de las asignaturas se reúnen con estudiantes voluntarios para comentar los resultados de estos formularios y modificar las asignaturas en base a estos para el año siguiente. Esto también ocurre con los formatos de los exámenes y las fechas de estos. Es posible cambiarlos siempre y cuando haya un motivo razonable compartido por la mayoría. El consejo de estudiantes suele mediar estas negociaciones entre estudiantes y profesorado. Además, el consejo de alumnos se reúne una vez al mes como mínimo con el consejo de la facultad para dar su opinión en cuanto a todo lo relacionado con esta. La influencia de los estudiantes llega a tal punto de que los consejos de las facultades, e incluso el de la universidad, no pueden aprobar una medida sin que los alumnos hayan dado su aprobación antes.
Por último, queríamos destacar dos aspectos prácticos. El primero es en cuanto a las calificaciones. En Países Bajos se ponen dieces en muy contadas ocasiones. El dicho aquí es que: los ochos son para los estudiantes excelentes, los nueves son para los profesores y los dieces son para los dioses. La máxima nota suele ser un nueve y el diez se consigue cuando has hecho algo extraordinario dentro de la asignatura. La segunda cosa a destacar es la figura del Junior Lecturer, un cargo de docente dentro de la universidad, específico para recién graduados que encuentran la enseñanza algo a lo que se querrían dedicar en un futuro. Para esto, sin embargo, no hace falta ningún máster de enseñanza universitaria o doctorado. Estos suelen ser incluso más cercanos a los alumnos, puesto que son prácticamente de la misma edad.
Nos gustaría concluir diciendo que, en general, creemos que en España somos muy fuertes en cuanto a contenidos. Aprendemos más, ¿pero a costa de qué? A cambio de unos conocimientos muy amplios sacrificamos el desarrollo de nuestros soft skills, valores profesionales, y vida personal. Estudiando en Países Bajos nos hemos dado cuenta de que es posible compaginar nuestra vida social con un buen currículum. Sin embargo, nos gustaría destacar que esta es la experiencia limitada y personal de un tamaño muestral n=2. Otras personas pueden haber tenido una experiencia muy distinta estudiando en la misma universidad o en otra dentro del país. Eso sí, sin duda: ¡la mejor forma de saberlo siempre es probando!
Ref 1. https://www.educacionyfp.gob.es/paisesbajos
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Patricia Fierro Hernández
Estudiante de máster en Ciencias Biomédicas, Neurociencia y Salud Pública Internacional
¡Hola! Mi nombre es Patricia Fierro-Hernández y soy estudiante de máster de Ciencias Biomédicas (Neurociencia y Salud Pública Internacional) en la Vrije Universiteit de Amsterdam (VU). Aunque soy de Ponferrada, estudié bioquímica en la Universidad de Navarra, en Pamplona, de la que me enamoré (soy una chica de norte). Por seguir en la línea del mal tiempo, decidí mudarme a Amsterdam para seguir mi desarrollo profesional. Aquí, junto con el máster, soy la presidenta del Consejo de Estudiantes de la Facultad de Ciencias. Desde este año también he co-fundado y actualmente co-presido el grupo de Women in STEM con mi mejor amiga Tetyana, estudiante portuguesa del máster de Neurociencia también en la VU. Cuando acabe mi máster, la idea es hacer un doctorado en el área de neurodegeneración también en Países Bajos. Después me gustaría trabajar en el ámbito de la diplomacia científica en una organización gubernamental, con perspectiva internacional.
Cristina Boers Escuder
Estudiante de Máster
Soy Cristina, mitad española, mitad holandesa. He vivido en Madrid casi toda mi vida, y he estudiado Bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid. Allí me empezó a fascinar la neurociencia y, por eso, decidí venirme a Amsterdam a hacer el máster en Neurociencia de la VU y a explorar la otra parte de mí. Ha sido una experiencia increíble ya que he conocido a gente súper interesante y he aprendido muchísimo. También soy directora del departamento de actividades y eventos de Women in STEM. El año que viene, me gustaría quedarme aquí y hacer un doctorado estudiando la comunicación entre astrocitos y neuronas, mi pasión dentro de la neurociencia.